




AdoraSion Al Rey

INFO
Cuando No Abres La Puerta
Es necesario e imprescindible formarse y capacitarse, para ofrecer excelencia cuando se alaba y adora a través de la música. La formación y capacitación no es solamente a nivel técnico musical (demás está decirlo), sino, que va paralelamente en equilibrio con una formación ministerial, que implica el aprendizaje de la Palabra como la Oración, pero fundamentalmente, TIEMPO DE INTIMIDAD CON DIOS. Y que en realidad, eso nos es inherente a todos, pero volviendo a nuestra temática, en intimidad nuestro espíritu se conecta con el Espíritu de Dios, logrando una mayor comunión, siendo el Espíritu Santo el mejor guía para llevarnos por el camino correcto, para ser el adorador que el Padre busca (Juan 4:23 “Pero la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque ciertamente a los tales el Padre busca que le adoren.” Versión Biblias de las Américas.)
Pero cuando hicimos todo lo que a nosotros respecta, y al momento de adorar a través de la música la gente no canta… ¿dónde está la “falla”?
En realidad, más que falla, deberíamos tener en cuenta ciertos aspectos. La adoración, es estar en el lugar Santísimo, es estar en Su Presencia. Y eso es algo PERSONAL, lo cual no se le puede delegar a una persona o a un grupo de alabanza (eso no quita la responsabilidad del estado en el que debe estar la persona o grupo), y doy gracias a que es personal, porque sino, estaríamos limitados a no poder dar mejor adoración que el grupo de alabanza.
Sin el ánimo de desligar responsabilidades a personas específicas, y sí, el de traer claridad a que la responsabilidad es de todos, voy a citar un versículo que muchas veces es empleado, como versículo para evangelizar, o para animar a otros de abrirle el corazón a Jesús. Pero en realidad éste versículo nos está hablando de una realidad un poco más dura, una realidad por la cual hemos pasado, y siguen pasando muchos miembros de las iglesias.
Apocalipsis 3:20 `He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él y él conmigo. Versión Biblias de las Américas
Este mensaje está dirigido a personas que son de la iglesia, que ya fueron “convertidas” (sin ánimo de ofender, sino de reveer nuestra situación), pero que de una forma extraña, dejaron a Señor afuera. Éste versículo está hablando de estar en Su Presencia, de tener comunión, para todos aquellos que escuchen Su Voz y ¡ABRAN LA PUERTA!, porque quizás abrir la puerta en éste caso es más importante que escucharlo, porque muchos lo han escuchado y hasta el día de hoy no le abrieron la puerta. No estuvieron en Su Presencia, no tuvieron Comunión.
¿Y qué era darle adoración? Entrar al lugar Santísimo, a Su Presencia. ¿Y qué pasa con la gente que no le abrió la puerta? Sólo cantó canciones y nunca adoró, tuvo esporádicos buenos momentos emocionales, pero no una adoración genuina. Y te darás cuenta, que por más hostil que sea el entorno, cuando encuentres un espíritu afín, adorarán al Señor en Su Presencia.






