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INFO

Ponerle emoción al canto...

¿lo hace almático?

 

Es común escuchar prédicas, en dónde arremeten contra las emociones, y lo hacen obviamente con la intencionalidad de que la base de nuestro credo sea la fe y no las emociones (entiéndase que no estamos en contra de eso, sino que queremos dar claridad a algo específico, para mayor entendimiento). Y utilizan textos como “Lo que nace de la carne, carne es, y lo que nace del Espíritu, espíritu es.” (Juan 3:6), y la Palabra no se equivoca, es así, el cuerpo no será espíritu, pero si estará sujeto a él. Y al hablar sobre el canto (como en otras áreas) se precisa trabajar las tres áreas del ser humano cuerpo-alma-espíritu, para poder transmitir e impartir. Deben trabajar las tres áreas bien equilibradas, y no caer en el error del uso desmedido, y casi único, del alma. Activando las tres áreas, se garantiza la efectividad de nuestra función.

El cuerpo debe estar bien entrenado, ya que de él dependerá la capacidad aeróbica, el trabajo diafragmático, dicción, potencia vocal, etc. Todo lo necesario para que el trabajo técnico se realice de la mejor manera.

El alma aporta, más allá de la voluntad y la parte intelectual, un bagaje de emociones que son representativas de lo que expresa la canción y el momento.

Con ésto no se quiere decir, que se está fingiendo a fin de causar un impacto, sino por el contrario, una acción genuina y natural de la interpretación a conciencia de las declaraciones de la canción.

Son necesarias que actúen conjuntamente con el cuerpo, sino sería lo mismo, la interpretación de una canción de guerra, que una de adoración, cuando sabemos que los momentos, las declaraciones y posturas no son iguales.

Y el área espiritual no está desconectada del accionar de las dos áreas antes mencionadas. Es el área que amalgama todo, es la que le da una cobertura sobrenatural, es la que permite que nuestro canto pueda subir hasta el trono del Padre, porque aunque las otras dos áreas funcionen excelentes, sin ésta área, nada traspasa lo natural y mundano. Y ésta área es el resultado de una afinidad con el Padre adquirida en la intimidad. No crece con el entrenamiento del canto, ni por la fluidez de las emociones. Pero las Tres Áreas deben estar activas conjuntamente, porque es de esa forma, que todo nuestro ser Adora a Dios Salmos 103:1 Bendice, alma mía, al SEÑOR, y bendiga todo mi ser su santo nombre. (Biblia de las Américas)

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